Un columbano comparte su vida y su fe en Jesús con sus hermanos y hermanas de otro país, aprendiendo un idioma diferente, adaptándose a una cultura que no le es familiar y con tradiciones religiosas nuevas para él.
Los columbanos se ven inmersos dentro de este nuevo contexto, compartiendo otra forma de vida y respondiendo a las necesidades de aquellas personas para quienes ellos han sido enviados.
“El Espíritu del Señor está sobre mi porque Él me ha nombrado para predicar la buena nueva para los pobres. Él me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y recobrar la vista a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos…” Lc. 4,18-19
Peregrinos por Cristo, el sacerdocio misionero columbano significa un compromiso para toda la vida, convirtiéndose en: