No se trata solo de migrantes

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NO SE TRATA SOLO DE MIGRANTES

No se trata sólo de migrantes,

también se trata de nuestros miedos.

El problema es cuando

esas dudas y esos miedos

nos convierten en seres intolerantes,

cerrados y quizás, sin darnos cuenta,

incluso racistas.

 

No se trata sólo de migrantes:

se trata de no excluir a nadie.

El mundo actual es cada día

más elitista y cruel con los excluidos.

 

No se trata sólo de migrantes:

se trata de poner a los últimos en primer lugar.

Jesucristo nos pide que no cedamos

a la lógica del mundo,

que justifica el abusar de los demás

para lograr nuestro beneficio personal

o el de nuestro grupo.

 

No se trata sólo de migrantes:

se trata de construir

la ciudad de Dios y del ser humano.

Se trata que podamos ayudar a los otros

a ver en el emigrante y en el refugiado

una ocasión que la Providencia nos ofrece

para contribuir a la construcción

de una sociedad más justa,

una democracia más plena,

un país más solidario,

un mundo más fraterno.

 

La respuesta al desafío planteado

por las migraciones contemporáneas

se puede resumir en cuatro verbos:

acoger, proteger, promover e integrar.

 

Francisco