Cristo Jesús,
Te pedimos que al igual que san Óscar Romero
no tengamos miedo de arriesgar todo lo que tenemos para seguirte,
para estar con los pobres y los oprimidos.
Concédenos el mismo valor que le diste al arzobispo Romero:
que vamos a sentir lo que tenemos miedo de sentir
que no vamos a sentirnos abrumados por todo lo que se necesita hacer
— sino que vamos a seguirte.
Y tener la confianza
de que vas a caminar con nosotros
en nuestro camino del discipulado,
dondequiera que pueda llevar.
Que nuestro caminar
sea uno de verdadera solidaridad como lo fue el de san Romero.
Y en la vida y la muerte podamos dar mucho fruto.
Amén