La misión ayer y hoy “Una nueva manera de sentir”

Usted está aquí


Estamos celebrando 100 años de Misión, llenos de retos,  aventuras, lágrimas y alegrías. Un largo camino que empezamos a recorrer paso a paso hasta construir los cimientos de nuestra Congregación. Hoy seguimos avanzando firmemente en nuestra tarea de edificar la Iglesia de Cristo. Vivir y anunciar el Evangelio en lugares que todavía no han sido evangelizados nos ha comprometido trabajar en la promoción humana, la justicia, la paz y el cuidado de la creación siempre en solidaridad y la defensa de las personas que no tienen voz y excluidas por la sociedad.

En el Perú, como parte de la celebración de este acontecimiento, se llevó a cabo la “Semana del Centenario”. Durante 5 días se realizaron diversas actividades, compartiendo diferentes experiencias de vida en jornadas temáticas que se realizaron en la sede central peruana.

En el primer día, el P. Carlos Gallager, centró su exposición en la llegada de los Columbanos al Perú en el año 1952. Por aquella época, se reportaba una gran ola migratoria hacia Lima procedente de la Sierra, debido a la crisis sociopolítica y económica que atravesaban. Desde los inicios, gran parte de la misión estuvo comprometida en acompañar a la gente en este proceso de evangelización cultural.

“Desde China hasta Lima… Un compromiso absoluto con el trabajo por la gente pobre, desde ahí el Dios de la Vida se hace presente. Damos las gracias por la acogida que hemos tenido aquí en el pueblo peruano” fueron las palabras de inauguración del P. Carlos.

Uno de los grandes retos que surgió para adaptarse a un país latinoamericano fue sin duda el idioma. Como parte de su experiencia personal el P. Mario nos comentó acerca de lo difícil que fue comunicarse en una lengua ajena a la suya. Los primeros sacerdotes vinieron desde Irlanda, Corea, Filipinas, Australia, Inglaterra, razón por la cual el idioma significó horas de estudio constante, práctica y convivencia día a día con las personas. “¿Cuánto tiempo les ha costado a ustedes entendernos a nosotros?” dijo entre risas.

América Latina representa una mixtura de realidades sociales disparejas en todo su entorno y no puede compararse con perspectivas europeas o americanas sino más bien requiere un análisis profundo y detallado en su núcleo cultural, sus costumbres establecidas, sus hábitos particulares y la forma de relacionarse que existe entre sus habitantes. El P. Noel Kerins sabía muy bien todo ello, es por eso que al comienzo le costó mucho adaptarse a tierras peruanas. “Cuando tenía 24 años, el pelo negro y sotana blanca hasta el piso fuimos tres los sacerdotes nombrados para ir a Lima, designados a la parroquia del Ermitaño (Jesús Resucitado). Perú 3.5 millones de personas y yo nunca había trabajado en ningún lado, solo había enseñado en un colegio… pueden imaginarlo?” nos dijo.

El encuentro con la fe de los pobres significó en él un cambio que alimentó sus ganas de seguir adelante con la misión, dando todo de sí para afrontar cada reto que se fue presentando a lo largo de los años.

Cuando viajas a nuevas tierras, expandes tus horizontes, conoces nuevas personas y culturas, pero sobre todo entiendes tu existencia, te encuentras contigo mismo y aprendes que somos solo una pequeña parte de un gran todo. Sin embargo, cada acción que realicemos impacta poco a poco en nuestro entorno, ciudad, país, tierra.

El siguiente expositor fue el P. Gabriel Rojas. Él transmite en su mirada historias de vida cargadas de experiencias muy fuertes que tal vez ninguno de nosotros podremos comprender. En su charla, presentó la perspectiva latinoamericana hacia nuevos panoramas internacionales, en su caso Pakistán.

“Estuve trabajando ahí 7 años y me tomó dos procesar la forma en la cual expresan el afecto. En Latinoamérica estamos acostumbrados a que el beso y el abrazo sean gestos de cercanía hacia otra persona, en Pakistán no existe eso”. Nos dijo el sacerdote.

Colocar las dos manos sobre la cabeza de la otra persona es la forma en la cual ellos simbolizan lo que nosotros expresamos al abrazarnos o darnos un beso en la mejilla. Culturas diferentes con costumbres y hábitos diferentes pero las personas que las integramos seguimos siendo todos humanos.

“Al finalizar el periodo es cuando descubrí que extrañaba gestos de mi zona nativa como el beso y el abrazo” P. Gabriel.

Como pueden ver, en esta primera fecha de la Semana del Centenario celebrada en la sede central de Lima Perú, se habló acerca de cómo fue la llegada y el inicio de la misión de los Columbanos y los desafíos para adaptarse a la sociedad peruana, así como también la visión y perspectiva de un latinoamericano en otros horizontes alejados de su tierra de origen. Podemos resumir en estas exposiciones la dinámica misionera de los Columbanos como una “Una nueva manera de sentir”.

Diapositivas: