De mañana todo se puede ver. Inclusive el detalle minúsculo en un gesto sincero, cada parte de una sonrisa cautiva o la picardía de una mirada complice. En la luz, todo es claro y no te escondes, solo estas presente tal cual eres. Y se ve tu belleza, tus defectos, tus virtudes; pero también se ven tus ausencias y el dolor. Esa necesidad de amor y atención que es parte de ser humano.
¿Cómo ser indiferente a la angustia o al hambre? - ¿Cómo estar ciegos en el día, con tanta luz y no querer ver? Es que inconscientemente vamos alejando nuestra humanidad y nos adentramos en la nada, en el vacío de lo plástico, de lo material. Cada quien en sus intereses que no conectan con otras necesidades importantes , sin darnos cuenta, somos indiferentes hasta con nosotros mismos. Todo lo que gastamos comprando no llenará ningún vacío, estamos hambrientos de espíritu y colmados de lo que nos encierra. Estando afuera, con ellos, puedes ver Navidad. Porque la Navidad es que Dios, siendo Dios, se nos acercó tanto como para tocarnos y ser uno más con nosotros. Ya que en el rostro de cada niñ@, cada persona y en toda la creación… está Él, viéndonos y esperando que hagamos lo mismo que hizo con nosotros. Dios nos pide amarnos.
Ama cuando escuchas, ama cuando perdonas. Abracemos la necesidad de un herman@ y seamos soporte emocional de alguien que sufre, cada quien lleva su lucha interna. Si esta en tus manos poder dar una ayuda, hazlo. Sino, regala una sonrisa y una conversación alegre que haga olvidar por un momento todas nuestras preocupaciones, porque es difícil ser felices si no aprendemos a valorar las pequeñas cosas.
Seamos alegría en esta Navidad
Felices fiestas.
Juan Diego Torres Villalobos